martes, 4 de octubre de 2011

Músicos y locales para conciertos - Abogado del diablo.

Soy músico desde hace 30 años y he visto de todo en este mundo.

Igual hago de abogado del diablo al decir esto...

Está claro que los locales que ofrecen conciertos abusan de los músicos con "alquileres", con "copagos", con porcentajes "dudosos" de la entrada y de las consumiciones, con el típico "te sirve para hacerte promoción" y todos los argumentos que ya hemos visto.

Pero yo también veo lo siguiente: si el local ya tiene público suficiente -y beneficios-, pero decide ofrecer conciertos y éstos no le generan beneficios al propietario (que hemos de entender que no es un funcionario de la concejalía de cultura sino un ente privado que busca lucro económico, lo cual es lícito y respetable sin ningún matiz) ¿que les estamos "exigiendo"?

Yo me imagino que tengo un local, aporto el espacio y la infraestructura, pago músicos "decentemente" pero esto no me reporta más ganancia... sino en muchos casos -y lo sé como músico que he tocado en muchos locales- pérdidas porque la banda no arrastra gente,  y si encima los clientes habituales han de pagar una entrada para ver a una banda que tal vez no les interese, no entran hasta después del concierto... ¿Donde está escrito que el dueño de un local haya de subvencionar la cultura en detrimento de sus beneficios?

Otro caso distinto es aquel local conocido, respetado y beneficiado por programar conciertos, y que sin ellos no haya tantas ganancias (véase los míticos locales de jazz y blues, pubs con música en vivo, etc...) Creo que no hemos de cargar tanto las tintas contra los dueños de locales -que no necesariamente son grandes magnates empresarios-, sino contra la cultura del país y los pocos incentivos tanto del ministerio como de las concejalías de cultura a quien desee arriesgarse a programar conciertos.

Ayudas fiscales y reducción de tasas a las salas que se "lo curren", no mandarles la patrulla cada vez que un vecino se queje, o ayudas para acondicionarlos para insonorizar las salas; es decir, que se apliquen políticas de protección a la música en vivo en detrimento de la música de lata. Debería promoverse que los jóvenes, en lugar de irse de botellón al parque con los pionneer del Ibiza tuneado a todo meter, que en lugar de irse a macrodiscotecas a menear cubatas y esquivar pastilleros, que en lugar de quedarse en casa -porque es barato- jugando a la play3 o feisbukeando... se encuentren música en directo allá donde vayan porque es la forma de que la cultura se adquiere y se te pega al cuerpo. Que el tema de conversación sea "yo vi el otro dia a "tal" banda y fue un coñazo pero ésta de hoy está mucho mejor".

Y para evitar dudas... que haya un carnet de músico que se conceda bajo unos mínimos pactados entre todo el colectivo de musicos y que sea obligatorio para acceder a tocar a estas salas en las mejores condiciones posibles sin que el dueño del local se encuentre que le venden que son una banda joven de gran proyección y "tirada" y resulta que ha contratado a unos críos que se compraron la guitarra el mes pasado, que juegan a ser Sepultura y que pretenden cobrar y que los traten como si lo fueran, mientras ve como sus clientes habituales se salen fuera a fumar o al bar de al lado a esperar que acabe "el ruido".

Que cuando te tomes la cervecita en vez de estar escuchando un CD con blues de BB King, haya ahí al ladito una banda de tres o cuatro chavales tocándolos en directo esforzándose en hacerlo lo mejor posible y poniendo su corazón en ello; y que poco a poco los locales que no programen conciertos se vayan quedando sin clientela por "aburridos" y porque "no tienen corazón".