miércoles, 27 de junio de 2012

La crisis ...o eso creo


A VER SI ME ACLARO ¿LO HE ENTENDIDO BIEN?

Sí… hablo de la Crisis. El pretexto del que se hacen servir los poderosos para serlo un poco más, y además ser los portadores del Anillo Único, recortando presupuestos que deberían ser respetados como mínimo o aumentados en la mayoría de los casos, recortando salarios y derechos, coartando libertades, enviándonos a la peor esclavitud, que es aquella en la que estamos instalados asumiéndonos nosotros mismos culpables de todo cual Síndrome de Estocolmo, o “por el bien de nuestra patria”, viendo como la corrupción es asignatura obligatoria para todos, los de arriba y los de abajo, desde descargarnos una canción ilegalmente a recibir rescates millonarios por haber arruinado a millones de personas humildes, deshaciendo lo poco o mucho que llevamos siglos construyendo para hacer un mundo más humano y más feliz.

Llevo un tiempo pensando que esto acabará a hostias, en una revolución sangrienta que se llevará por delante a muchos inocentes y algunos culpables; y es que da la impresión que aunque “los de abajo vamos a por los de arriba”,  “los de arriba” van buscando eso mismo, como provocándoles/nos, como buscando una excusa para aplastarles/nos –el poder tiene además armas de todo tipo y personas preparadas para ese tipo de situaciones-.

Pero para el día que eso pueda suceder me gustaría aclararme y saber qué ha sucedido, quienes lo han generado y qué se puede hacer. Así que me leo todo lo que pillo por ahí e intento sintetizarlo en lenguaje “humano” y según mi punto de vista. Tal vez simplifico demasiado ya que es un tema muy complejo, pero considero imprescindible tener conceptos sencillos muy claros.

1.- Rentas del capital vs Rentas del trabajo.
Las grandes corporaciones financieras obtienen beneficios en los movimientos de dinero, especulaciones, inversiones.  Eso es la renta del capital. El resto de los humanos obtenemos beneficios de nuestro trabajo, ganamos dinero y pagamos dinero; lo que nos sobra son nuestros beneficios; eso es la renta del trabajo. Cuando nos endeudamos porque con nuestra renta del trabajo no es suficiente (hipotecas, préstamos, etc…) los que se benefician son las corporaciones financieras (bancos, cajas, inversores, etc…) con los intereses que pagamos. Las Rentas del capital son “salvajes” es decir, los bancos y cajas no dudan en “fagocitar” al deudor incluso a veces a costa de arruinarlo a no ser que vean claro que a la larga obtendrán beneficio del mismo, por lo tanto le amplían el crédito manteniéndolo “vivo”; suele suceder  que  el deudor colapsa y la banca se suele quedar con todo; no les importa que ese “todo” sea el hogar de una familia o “nada”, con lo que la banca y el deudor  se quedan vinculados con esa deuda eterna. Si el que llega a colapsar es el banco, instancias superiores le fagocitan a él (fusiones, intervenciones o rescates) Pero los gerentes de esas cajas o bancos fagocitados no tienen problema, son indemnizados millonariamente para esconder trapos sucios y aquí no ha pasado nada. Cuando se acaba el dinero, esas corporaciones, escondidas tras la máscara de “los mercados” instan a recortar salarios, ayudas, derechos, para que el sistema siga sobreviviendo un tiempo más, es como si dejan a varios individuos dentro de una habitación cerrada sin aire: el más poderoso acabará con los otros para respirar.

2.- La burbuja inmobiliaria.
                Los inversores y las corporaciones sabían hace años que este sistema económico es “finito” así que se inventaron una original forma de mantener con vida a los humildes “rentistas del trabajo”: conceder hipotecas a diestro y siniestro sin estudiar realmente si el hipotecado era seguro.  De repente, todos somos propietarios de una vivienda (o varias) aunque la estemos pagando hasta los 65 años; el sueño de todo banquero, un cliente que te da dinero hasta que se jubile.  Es decir, se vivía con dinero “virtual” que no existía todavía. Cuando vieron que el “chollo” podría colapsar, cuando todos tuvieran vivienda, y especialmente cuando los que perdían un empleo tardaban mucho en encontrar otro para mantener el compromiso, decidieron una vuelta de tuerca más: la ampliación de hipoteca. Un señor te tasa tu vivienda por encima de su valor real y con esa diferencia, te concede un préstamo “abierto” o “hipotecario” o amplía directamente tu hipoteca, que pensabas pagar en 15 años y se convierten en 35; eso sí, esto te permite comprarte un coche nuevo, unas vacaciones en Indonesia, un plasma, etc…  Esto del “ladrillo” da dinero, y obviamente revierte en más consumo; tenemos dinero para gastar, lo que hace posible que se abran más comercios, y éstos necesitan abastecerse, por lo que se crean empresas y éstas dan trabajo a más gente.   El motor de esta economía no es la producción industrial: es mi puto pisito. Se da el caso tremendo de jóvenes –y no tan jóvenes-, que dejan sus trabajos peor remunerados, los talleres, los oficios, e incluso los estudios, por trabajar en la Construcción. Como todo objeto preciado… mi pisito está en el punto de mira de un rango de inversores muy especial: los especuladores. Saben del potencial económico en dinero fácil y rápido que es la venta de viviendas y se lanzan a comprar todo lo que pueden, y una vez todas las viviendas en manos de unos pocos, pueden permitirse el lujo de aumentar precios –y con ello beneficios-.  Los bancos se frotan las manos, hipotecas por unos importes desorbitados (con sus correspondientes intereses) y la gente que necesita vivienda se encuentra con que le conceden esas hipotecas sin preguntar, y con la percepción que esto no tiene techo, que no importa lo que paguen por su piso, porque año tras año se revaloriza. Y no solo se especula con la vivienda, se especula con el suelo (y su posibilidad de construir en él); esto lo usan especialmente los ayuntamientos y comunidades autónomas para especular a su vez y con ello conseguir financiación para sus proyectos urbanísticos (“con lo que valen estos terrenos construimos un polideportivo nuevo en otro sitio”) Pero todo esto sí tenía techo. Y algunos lo sabían, eso es lo más grave.

3.- Explosión de la burbuja.
                Cuando algunas de las grandes corporaciones inversoras deciden “hasta aquí hemos llegado” y cambian de objetivos –básicamente porque prevéen el colapso por saturación de ladrillo-, y sobre todo debido a la crisis del “mayorista inversor” Lehman Brothers,  cierran el grifo a los bancos (éstos también pedían préstamos para concederlos a sus clientes).  Estos bancos y cajas se encuentran sin financiación posible para abastecer la demanda de “hipotecados” así que nos cierran el grifo al resto de los mortales. Se dejan de conceder hipotecas, así que numerosos pequeños especuladores (aquellos que se compraron una segunda vivienda para revenderla y “hacer caja” se encuentran con un montón de ladrillos que no pueden vender ni al precio que lo compraron (pero han de seguir pagando sus hipotecas y ya sabemos que el banco no perdona). El sistema empieza a colapsar, ya que los bancos se encuentran con un aumento enorme de morosos; pisos por vender y un porcentaje exageradamente alto de la población que trabajaba en la Construcción abocados al paro, con muy pocas alternativas, ya que muchos abandonaron los estudios o el taller donde aprendían el oficio.  Las industrias relacionadas con la Construcción comienzan a caer también y se produce un efecto dominó que arrastra al descenso del consumo y al cierre de todo tipo de comercios e industrias, lo que genera más paro.  Cuando el paro llega al propietario de la vivienda, se encuentra que no puede vender su piso pero tampoco pagarlo y ahí comienza el gran drama personal de la crisis. Esta es la gran diferencia española: en otros países, el motor económico es la industria, no el ladrillo, por lo que el paro no ha sido tan salvaje y mejor o peor han podido rehacerse.
  
4.- Los “Mercados”.
                Sencillamente, los países con gobiernos de un signo concreto (ya sea izquierdas o derechas) se ven atacados ferozmente por la oposición, y encuentran razones hasta debajo de las piedras para defenestrar a sus adversarios; y esto hace que un gran número de países cambien de signo.
                La única solución que se les ocurre a los gobernantes  europeos-para seguir gobernando, no para salir de la crisis, creo yo-, es hacer ver a los países del entorno (y en especialmente a los que detentan el mayor poder económico –Alemania, Francia-, etc…) su gran fiabilidad. El Banco Central Europeo (si rascamos un poco, es un banco gestionado a criterio de Alemania) solo permitirá “respirar” a esos países que acaten aquellas políticas destinadas a favorecer lo que le interese a esas corporaciones bancarias, lobbys o inversores de alto nivel. De ahí, lo de las “primas de riesgo”, reducción del déficit, y en el fondo, aquello que sirva para homogeneizar la periferia “alemana”.  Para ello las políticas de recortes económicos, sociales y en libertades, que ofrecen a estas corporaciones económicas el caldo de cultivo necesario para una nueva esclavitud y una sumisión a una dictadura de “los mercados”, en realidad es la dictadura del 4º Reich. Los rescates son, en realidad, la firma de Fausto vendiendo el alma al diablo: “yo te rescato para que sobrevivas, con lo que a partir de ahora, además de reconocer que lo has hecho mal y tú eres el único culpable, me has de rendir cuentas y sumisión, y agradecérmelo eternamente”.  De hecho, ya se oyen voces de gente a nuestro alrededor que dicen eso de “es que hemos estirado más el brazo que la manga”, como la víctima de un maltratador que asegura que “me pega porque sé que le provoco y me lo merezco”. El Síndrome de Estocolmo.

6.-  Chomsky fiel, punto por punto.
                Es conocido el decálogo del filósofo Noah Chomsky sobre las técnicas de manipulación de las personas. Lo reproduzco para quien no lo conozca, aplicado a nuestra situación actual: “La manipulación y la utilización sectaria de la información deforman la opinión pública y anulan la capacidad del ciudadano para decidir libre y responsablemente. Si la información y la propaganda resultan armas de gran eficacia en manos de regímenes totalitarios, no dejan de serlo en los sistemas democráticos; y quien domina la información, domina en cierta forma la cultura, la ideología y, por tanto, controla también en gran medida a la sociedad
1.       Crear problemas, después ofrecer soluciones. Tenemos innumerables ejemplos, el más evidente y el que nos ocupa: la crisis.
2.       La estrategia del "poco a poco" o la degradación progresiva. Subir un 80 % el precio de los carburantes es una burrada que de hacerlo en una sola vez comportaría revueltas urbanas; pero si cada dos o tres meses subes un 2 o un 3%, en pocos años puedes subir más del 100%. Aplíquese a la luz, el gas, los impuestos, la bajada de salarios, los recortes…
3.       La estrategia del acontecimiento inevitable y la resignación. Por eso los dirigentes nos piden continuamente “esfuerzos” para salvar esta situación tan dramática que a la que “otros” nos abocaron. Nos resignamos a ser desahuciados, a perder derechos, libertades y que recorten nuestros salarios porque que es inevitable que esto sea así (y mejor por las buenas antes que nos “intervengan” desde Europa, por ejemplo.) Nos dicen que en pocos meses han de tomar una “dolorosa decisión pero necesaria” y nos resignamos ya que no es inmediata sino “en unos meses” con lo que nos da tiempo a asimilarlo y a aceptarlo.
4.       Dirigirse a un público infantilizándolo. Nos hablan con frases sencillas sin contenido complejo “porque esto es así” , “como Dios manda”... Esto evita la respuesta crítica… si lo manda Dios… es como cuando papa dice “porque lo digo yo y no hay más que hablar” (Total, no lo vamos a entender…)
5.       Utilizar el aspecto emocional y no la reflexión. Esto lo hacen sobre todos los dictadores y pseudo-demócratas apelando a “la patria”, “el honor”, la religión, etc… Y contra la emoción no hay crítica posible.
6.       Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Es muy fácil, nos tienen enganchados al fútbol, a los toros, a la TV…. Mientras nuestras mentes estén ocupadas en “Circus” tal vez no pensemos tanto en “Panis”.  Pero sobre todo, recortan presupuestos en educación, desarrollo, investigación… Ellos tienen el monopolio del conocimiento y lo usan para hacernos creer que somos mediocres o poco preparados, por lo que hemos de acatar sus principios “porque ellos saben lo que hacen”.
7.       Reemplazar la acción revolucionaria por la culpabilidad y el individualismo. Cuando nos dicen que éramos nosotros mismos los que nos endeudábamos sabiendo a lo que nos exponíamos, cuando nos dicen que vivimos por encima de nuestras posibilidades, nos están culpabilizando, y eso deprime nuestra acción revolucionaria.
8.       Conocer a los individuos mejor de lo que se conocen a sí mismos. Durante años, los manipuladores son ayudados por equipos de especialistas en psicología de los que se sirven para conocer nuestras reacciones e intereses para saber hasta dónde pueden llegar y a qué ritmo.
9.       Controlar la democracia. Para manipular, hoy día, es casi imposible hacerlo sin democracia.  La habilidad está en ofrecernos gotas controladas de participación (¿cada 4 años?) y con eso nos sentimos parte del sistema, y nos inhibe de destruirlo.  La democracia real, la participación completa del sistema… eso es una gran utopía.
10.   Manipular el lenguaje. Los eufemismos, las mentiras, las medias verdades… el “no es rescate, es un crédito con condiciones favorables…”, “no es un amnistía fiscal sino una regularización tributaria…”, “no es despido libre o fácil sino flexibilización de los contratos laborales…” Creo que es una de las más claras. No tiene fin.

Esta es mi pequeño resumen sobre lo que para mí significa la crisis, básicamente una herramienta efectiva para que unos pocos controlen a las grandes masas, al ciudadano medio de a pie, al humilde, para inmovilizarles/nos por el miedo y la culpa. Espero haberme aclarado y si alguien que lea esto puede entender algo más lo que nos está pasando seré muy feliz.  Pero si alguien no está de acuerdo o quiere puntualizar dejo abierto el debate.  Solo espero que sea con respeto, ya que muchos de nosotros somos neófitos en temas de grandes finanzas y no hemos de cargar tintas contra mensajeros ni opinantes.